Si a tu bebé le dan cólicos, tú estarás bien familiarizada con la llamada “hora gris” en la tarde o al final del día. Estas horas son críticas para la mayoría de bebés con cólicos y sus padres hacen todo lo posible para sobrevivir a estos momentos.
Aquí algunos consejos para sobrevivir a la “hora gris” y a las horas intermedias.
No te enredes. No es tu culpa que tu bebé tenga cólico y tampoco lo es que no puedas tranquilizarlo. Inclusive si existiera una madre perfecta (pero no la hay), no podría parar el cólico. Haz todo lo mejor posible para superar este tiempo y recuerda que el cólico no significa que eres una mala madre.
Antes de estallar, toma un descanso. Cuando un padre ya lleva 90 minutos lidiando con un largo episodio de llanto por cólicos, tiene uno o varios momentos en los que se siente como un volcán a punto de estallar. Este sentimiento puede llevarlo a gritar, o inclusive, a sacudir a su bebé. Si sientes estos impulsos, está perfecto que lo pongas en su cuna y salgas a caminar, mientras respiras lento y profundamente. Estos descansos pueden calmar el volcán y ayudar a que pasen esos miedosos impulsos, entonces puedes regresar con tu bebé con la cabeza clara y tranquila.
Si encuentras que persisten los impulsos para sacudir o agredir a tu bebé, es importante que busques ayuda profesional. Los cólicos pueden poner a las madres en riesgo de depresión posparto, para la cual hay tratamiento disponible.
No hagas todo tú misma. Comparte con tus seres queridos los cólicos. Fuera de chiste, lidiar con cólicos puede hacerte sentir abrumada. Haz turnos con tu pareja durante los episodios y aprovecha para salir a caminar y respirar aire fresco lejos del llanto. Invita a tus familiares y amigos más resistentes para pasar las horas grises contigo de vez en cuando. Ellos pueden ayudarte con la cena, estar con tu bebé si necesitas caminar una cuadra o simplemente para acompañarte.
Encuentra amigos con bebés que también tengan cólicos. Tener un bebé con cólicos tal vez te pueda hacer sentir aislada, pero hay muchos otros padres que también están lidiando con cólicos ahora mismo. Hacerte amiga de padres que estén pasando por lo mismo que tú, puede ser un alivio. Algunas veces, solo saber que no eres el único que está sobrellevando una situación dura puede hacerte sentir mejor. Un amigo que tenga un bebé con cólicos es también alguien que puede acompañarte a tomarse un respiro, con quien puedes intercambiar ideas de cómo afrontar las crisis e incluso reunirse para salir a pasear en el coche en las horas grises.
Si tu hablas francamente con otros padres primerizos en grupos de apoyo, el parque o en la sala de espera del pediatra, lo más probable es que encuentres un amigo que pasa por lo mismo que tú. También los puedes encontrar por Internet. Trata de buscar páginas web con grupos de apoyo.
Programa tu tiempo. El estrés de los cólicos puede hacer que a veces necesites más de una caminata de una cuadra. Trabaja con tu pareja, un miembro de tu familia o un amigo para encontrar un espacio para poder dejar al bebé y salir por una o dos horas a despejarte. Tomar estos descansos largos de vez en cuando puede ayudarte a recuperar tu paciencia y a sentirte recargada.
Mantente libre de tareas al final del día. Porque los bebés con cólicos tienden a llorar al caer la tarde, puede ser útil preparar la cena y hacer, en la medida de lo posible, todas las demás tareas durante el día.
Cuídate tan bien como puedas. Es más fácil decirlo que hacerlo, ya que es difícil concentrarte en tus necesidades con un nuevo bebé en tu vida. Aún así, tratar de descansar cuando se puede y comer alimentos nutritivos puede ayudarte a manejar el estrés del cólico.
Por último, y lo más importante, recuerda que el cólico termina. Un día (probablemente en unos tres meses, si apenas estás comenzando) en lugar de caminar alrededor de la casa con un bebé llorando, estarás pasando tus tardes jugando con uno feliz.